Nuestra lengua acumula una gran cantidad de bacterias que pueden llegar a causar desde mal aliento hasta problemas más serios de salud oral, por eso en el siguiente artículo vamos a hablar sobre la importancia de la limpieza de la lengua y el uso de instrumentos de higiene bucal para evitar estos problemas.
Las personas suelen creer que con lavarse los dientes y las encías ya están cumpliendo con una correcta limpieza bucal, sin embargo, se olvidan que la lengua, al igual que cada parte de la boca, también debe ser cuidada.
Nuestra boca, acumula una gran cantidad de bacterias que pueden adherirse a cualquier parte de la cavidad bucal, especialmente sobre la superficie lingual.
Un signo de que nuestra lengua está en buen estado es su color rosado, si notas que tu lengua presenta un cambio de ese color es una señal de que no está recibiendo la limpieza adecuada y que, por tanto, hay que limpiarla más a fondo.
La boca es la parte del cuerpo que está más expuesta a las bacterias, y la lengua mucho más ya que participa en la masticación y degustación de alimentos y bebidas. Además, la superficie de la lengua no es lisa, ya que presenta una serie de surcos e irregularidades, en los que se pueden acumular los restos de alimentos que no se han eliminado correctamente durante el cepillado. Estos residuos de la lengua que no son retirados provocan el desarrollo de bacterias y la posterior aparición de la halitosis o mal aliento.
De aquí la importancia de limpiarse correctamente la lengua y de habituarnos a realizar una higiene integral de la boca. Ya que evitar la acumulación de bacterias y la aparición del mal aliento, entre otras afecciones.
En relación a lo anterior, debemos saber si nuestra lengua está recibiendo la higiene adecuada o no, para comenzar así a cambiar los métodos de limpieza. Es muy fácil saberlo a través de una prueba sencilla:
Colócate frente al espejo, saca la lengua y observa su aspecto. ¿Qué debes tener en cuenta? El color de la misma. Una lengua en circunstancias saludables presenta un color rosado, por tanto, si notas una capa de color blanquecina o amarillenta cubriendo parte de su dorso, es una señal de que tu lengua no está limpia.
En la mayoría de los casos, la lengua blanca es señal de falta de higiene y acumulación de bacterias. Sin embargo, esto también podría ser señal de alguna enfermedad.
Dentro de las enfermedades más comunes de la lengua esta la candidiasis oral, la leucoplasia o el liquen plano oral, que normalmente producen este cambio de color.
Pero, ¿Cómo saber si estoy presentando alguna de estas enfermedades o si solo se trata de falta de higiene oral? Es bastante sencillo, solo debes limpiar la lengua blanca para corroborar que, eliminando los restos de comida y bacterias, la lengua vuelve a tomar su color rosado habitual.
Y, en caso de que este color blanquecino persista y a pesar de la profilaxis continúe, lo mejor será acudir a la clínica dental para que proporcione un diagnóstico fiable.
Para conseguir una limpieza de la lengua adecuada, los dentistas recomendamos el uso de un elemento extra a las rutinas de higiene: el raspador lingual.
Así como para la profilaxis de los dientes y encías han desarrollado elementos como el hilo dental o los cepillos interdentales, para la lengua se han diseñado el raspador lingual.
Como ya hemos mencionado, los restos de comida y las bacterias suelen alojarse en el dorso lingual, el raspador es el instrumento ideal para eliminar todo tipo de restos que se acumulan en esta zona.
Para un uso correcto y efectivo del raspador lingual, debes emplear la siguiente técnica:
En ocasiones nuestros pacientes se preguntan si se puede usar el cepillo dental para limpiar la lengua y en ese caso cómo debe hacerse. Actualmente existen algunos cepillos de dientes que tienen incorporado un limpiador lingual.
En el mercado se pueden encontrar cepillos eléctricos que incluyen un cabezal que funciona como este instrumento, que funcionan muy bien para este fin. Pero, si no tienes posibilidad de obtener alguno, también hay cepillos manuales que incorporan esta funcionalidad.
Cualquiera de estas dos alternativas son buenas opciones en caso de no tener un raspador lingual. Pero, es importante subrayar que lo que no es para nada recomendable es utilizar un cepillo tradicional para este fin.
Las cerdas de un cepillo de dientes normal, no ofrecen los mismos beneficios ni resultados que los limpiadores linguales y los cepillos antes mencionados. Estas cerdas están fabricadas exclusivamente para higienizar una superficie dura como los dientes, por lo que en un músculo como la lengua no hace el mismo trabajo.
Como ves, la importancia de limpiar la lengua y utilizar los elementos adecuados en nuestra higiene diaria merece mucho la pena para asegurarnos una salud bucal óptima y reducir el riesgo de enfermedades bucales y el mal aliento.
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